En busca de E.T.

   En las noches de verano, cuando los sapos cada vez más escasos cantan su ruidosa canción, mirar al cielo sin luna en un lugar alejado de las farolas proporciona una de las vistas más impresionantes que puede haber: la Vía Láctea. Observarla a simple vista o con la ayuda de unos modestos prismáticos ha sido y será motivo de insospechada admiración. 

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